Colchones

Tipos de materiales para fabricar los colchones de las camas articuladas

Las camas articuladas requieren del uso de colchones que sean flexibles y adaptables a las distintas posiciones que estas ofrecen. Así, la elasticidad y flexibilidad deben ser sus características básicas, a través de materiales como espumas de óptima calidad capaces proporcionar posiciones variadas de flexión y diferenciaciones de zonas. Para conseguir esto pueden fabricarse colchones con distintos materiales como:

Viscoelástica

Es un material muy beneficioso, ya que los colchones con él fabricados ofrecen un descanso equilibrado y adaptado al cuerpo. Además, reducen los puntos de presión, de manera que se ve favorecida tanto la circulación sanguínea como la postura alineada de la columna vertebral. También ayudan a regular la temperatura y el flujo de aire, eliminando así humedades del cuerpo. Este material hipoalergénico evita el desarrollo de bacterias u hongos.

Los colchones viscoelásticos son óptimos para las camas articuladas, ya que son duraderos y muy flexibles. Esto se debe a una estructura celular capaz de adaptarse a los contornos y a su gran resistencia para soportar continuadas compresiones.

Viscoelastica

Látex

Es una de las mejores alternativas debido a su apoyo sin presión y a su durabilidad, ya que al no contar con sistemas mecánicos como los muelles, tardan más en romperse. Además, estos colchones tienen entre sus características adaptabilidad al cuerpo y flexibilidad, pero también una firmeza que los hacen indeformables.

Por otro lado, este tipo de colchones son transpirables, lo que supone una magnífica opción para aquellas personas enfermas que pasan mucho tiempo en camas articuladas y para quienes sudan mucho. Por último, entre sus características también destaca su baja acumulación de polvo debido a su carácter antialérgico y a que son muy fáciles de limpiar.

Colchones antiescaras

Este tipo de colchones están pensados como una solución eficaz a los problemas de escaras referidos a aquellas heridas que se producen en la piel y prominencias óseas, debido a que soportan una presión externa continua. Esto provoca que la circulación de la sangre y la nutrición de los tejidos no sean las adecuadas, pudiendo llegarse a producir necrosis o úlceras por presión, llevando consigo un aumento de la morbilidad, mortalidad y empeoramiento de la calidad de vida y salud del paciente.

Este tipo de colchones, utilizados en camas articuladas, consiguen disminuir la presión de los puntos de apoyo en aquellas personas que, por problemas de salud, deben estar largos periodos inmovilizados. Pueden ser colchones de agua, espuma o aire y entre sus ventajas destacan su alternancia en el inflado, la mejora de escaras y de presión de puntos de apoyo y facilitar la circulación de la sangre. Además aportan comodidad, adaptabilidad y confort al usuario.

En definitiva, existen diferentes materiales que se pueden utilizar en los colchones de las camas articuladas, garantizando el confort y el descanso del paciente y su propia durabilidad y flexibilidad.

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